Saturday, May 22, 2010

Ensayos en Vivo, víspera del Bicentenario

Compañeros de maraña, henos aquí. Cada uno con sus intereses (y el diablo es neutral…). Todo está dicho, pero no produce felicidad: el cambio de ilusión a ritmo acelerado disuelve poco a poco la ilusión del cambio.
Pero pasan los años (pasan los jugadores) e insiste otra calidad de interés -Nosotros consiste en un fondo común de desinterés.

Este lunes hay fueguito de nuevo; la carne la prestan Osvaldo nene Rodríguez, con el suicidio del Tricentenario, y Daniel concomitante Liñares, con la tumba fronteriza. Pero si doscientos años no es nada che.

Además, al rescate del último secuestro, Hernán Gallegos y Patricio Suárez encarnarán unos tangazos, porque, en esta tierra, hace mucho que no todo es culos y crueldad.

Este lunes 24, recibimos el Bicentenario:
20.30 circula la locrura
21.30 nos callamos juntos
En el Círculo Cálido de Argañaraz 22 (e/Israel y Lavalleja)

Camaradas, dicen que el enriquecimiento del vivir exige denunciar todas las pobrezas.
Ensayos en Vivo invita: resignación activa, afinidad electiva de los sin fines. Ratos y ratos de recuperar la ciudad; de inmediatez a inmediatez, saludando al infinito.

Wednesday, May 05, 2010

Qué fiaca

I. Un hacer fundado en las ganas de no hacer

Voy a hablar de la pereza, de las ganas de no hacer nada. De “la ley del mínimo esfuerzo” que, lejos de su demonización escolar, es una ética, en todo caso una ley justa, pero no por justicia: la fiaca como la medida justa de las cosas, la pereza como gran vigilante de la genuinidad del hacer.
Hay una cuantiosa tradición literaria al respecto. Lo que demuestra desde el vamos que hay cierto desgano que, a sus anchas, resulta creador. No aspiro a inscribir este ínfimo ensayo en esa tradición. Porque en tal ansia, la tradición deja de ser una cosa que está acá entre nosotros, nutriéndonos inevitablemente, en nosotros constitutivamente, para pasar a ser una línea existente de por sí –tipo sacra–, que puede albergar nuestro hacer si cumplimos con algunos requisitos de acceso. Y considerar el propio hacer, es decir el presente, desde el lugar que tenga en la línea proveniente del pasado, es algo sólo posible si vemos nuestro presente desde su posible imagen futura. Inscribirse en una tradición pasada suele ser un ansia de existencia futura que desprecia el presente, lo más puramente presente del presente. Además, entre esos requisitos de acceso a la tradición está el de referirse a algunos de sus pasos, cosa que me da mucha, mucha fiaca, no por desprecio de la lectura –seguramente he leído y vuelva a leer al respecto–, pero sí por desgano de “ir” a leer unos textos –transformándolos en bibliografía– justo cuando lo que quiero es escribir.

[Sigue acá el texto publicado en la Antología de Ensayos en Vivo y presentado en la Juntada de fines de 2008]